El ácido L-láctico es un hidroxiácido (AHA) que se obtiene de la fermentación del azúcar por las bacterias del ácido láctico (Lactobacillus). Como humectante, mejora la hidratación de la piel. También actúa como regulador de la exfoliación epidérmica. Es un compuesto natural porque es un metabolito del tejido muscular (formado durante el ejercicio) y de la piel. Tiene partículas relativamente pequeñas, lo que significa que penetra bien en la capa córnea y actúa un poco más profundamente que los ácidos con moléculas más grandes. El ácido láctico funciona mejor en el cuidado de pieles maduras, mixtas y con signos de fotoenvejecimiento, pieles maduras, grasas y con epidermis gruesa y en el cuidado de pieles apagadas y grises. Ilumina la epidermis y las decoloraciones, unifica el color, hidrata muy bien (a bajas concentraciones de ácido), refresca la piel, suaviza las líneas finas y fortalece.

Recomendado para: pieles maduras, mixtas, grasas, mates y con signos de envejecimiento.

Acción: hidrata, aclara las decoloraciones, alisa las arrugas finas, regula la secreción de sebo.

Propiedades: líquido transparente, claro, con olor específico, ácido, no se disuelve en aceites. Tiene una consistencia de gel. Además, ofrece una cómoda aplicación. El ácido láctico al 10% de Nago tiene un pH entre 3 y 3,5. Por tanto, no es necesario utilizar neutralizadores.

Modo de empleo: aplicar una pequeña cantidad de ácido sobre la piel limpia del rostro durante 15-20 minutos. Luego enjuague bien con agua tibia. Utilizar por la noche como peeling.

Almacenamiento: a temperatura ambiente.